A lo largo del tiempo, diversos estudios han demostrado que el vino puede ser muy beneficioso para la salud. Así lo demuestra «La Paradoja Francesa» que nos explica nuestra colaboradora Concha Bernad, periodista y autora del blog «Cocina y Aficiones«.
Ya está muy claro que tomar una cantidad moderada de vino todos los días no solo es un placer para los sentidos, también es una fuente de salud y de juventud.
Radicales libres
El metabolismo humano utiliza oxígeno y un pequeño porcentaje de este se reconvierte en radicales libres que producen daños irreparables en las moléculas claves: ADN, lípidos y proteínas; lo que conduce a un envejecimiento celular y a enfermedades crónicas, y si a esto le añadimos el tabaco, exceso de alcohol, algunos medicamentos, contaminación, mala alimentación… La lucha contra los radicales libres se vuelve feroz.
¿Cómo combatirlo?
Contamos con dos frentes: el primero es endógeno, a través de los sistemas enzimáticos propios, que funcionan estupendamente hasta los 30/40 años en que empieza a fallar y se producen daños en las moléculas, por lo que tendremos que ayudarnos en nuestra lucha contra los radicales libres y abrir un segundo frente, que está en nuestras manos: la solución está en una dieta que incluya alimentos que nos suministren los antioxidantes que necesitamos –free radical scavengers- alimentos secuestradores de radicales libres, como los denominan los científicos.
Los principales antioxidantes son: vitaminas C, E y A, carotenoides y los polifenoles que cubren el 90% de nuestras necesidades y los mayores productores de estos son las frutas y los productos vegetales. Destacanpor su alto poder antioxidante el té y el vino tinto.
¿Por qué el vino tinto?
La respuesta está en su elaboración: al producirse la fermentación, el vino permanece en contacto con las pieles y hollejos de la uva durante bastantes días y los polifenoles que están en ellos se traspasan al líquido y lo hace poseedor de una cantidad mayor que la vitamina E, por lo que, con un uso moderado,el vino tinto se convierte en una fuente de salud.
Un estudio muy curioso llamado MONICA (Monitoring Trend and Dererminants in Cardiovascular Disease), realizado por la Organización Mundial de la Salud en los años 80, nos reveló un descubrimiento muy interesante:
La paradoja francesa
Los científicos descubrieron que en los países con una dieta rica en grasas saturadas se presentaban cuadros de colesterol alto y una gran incidencia en enfermedades coronarias, pero se encontraron con una excepción muy curiosa que les sorprendió y, en principio, fue inexplicable: en Francia la tasa de colesterol era alta, como era de esperar por su dieta, pero el índice de mortalidad por enfermedades coronarias era muy bajo. Comparado con Estados Unidos y Reino Unido era significativamente inferior:
Índice de mortalidad por enfermedades cardiovasculares:
La ciencia necesita confirmación, hay que comprobar que los hechos son verídicos, por lo que se examinaron exhaustivamente todas las variables posibles para explicar esta curiosa paradoja y se llegó a la conclusión de que la única diferencia entre estos países era el consumo regular de vino tinto por parte de Francia.
Pero no era el alcohol del vino el causante de esta gran diferencia ya que en los otros países también se consumía en forma de whisky y/o cerveza; lo que distingue al vino de los demás alcoholes es su riqueza en polifenoles y por lo tanto en antioxidantes que luchan sin tregua contra el estrés oxidativo -desequilibrio entre oxidantes y antioxidantes- llevando la balanza a favor de la salud.
El estudio concluyó que el consumo moderado de vino tinto (20/30 g. de alcohol por día) reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Este hecho está reconocido en todos los estudios nutricionales y por supuesto dentro de la dieta mediterránea pero siempre acompañado de la coletilla de “consumo moderado” que se sitúa en una copa de vino para las mujeres y dos para los hombres y claro está hablamos de copas al uso no de copones gigantes.
Me parece genial que el vino tinto sea tan saludable ya que así matamos dos pájaros de un tiro, luchamos contra los radicales libres y disfrutamos de uno de los mayores placeres de la vida: un excelente vino tinto. Vamos a brindar con una copa de vino Raíz de Guzmán, un vino que cumple todos los requisitos mencionados, elaborado al 100% con uva tempanillo seleccionada con gran cuidado, como su elaboración realizada con mimo y esmero lo que nos da un vino de color cereza intenso, complejo y lleno de matices, un autentico lujo para nuestro paladar y como no para nuestra salud. ¡Qué más se puede pedir!
3 comentarios