Ahora que se acerca el frío, dejamos de lado las ensaladas y los gazpachos para sustituirlos por platos de cuchareo con fundamento y bien calentitos que además, aporten energía. Hoy te proponemos una receta fácil y deliciosa que querrás preparar una y otra vez. Te hablamos de la sopa de ajo castellana.
Sopa de ajo castellana
La sopa de ajo o sopa castellana es una receta muy característica en la gastronomía de Castilla y León. Aunque hoy en día se ha extendido por todo el país, adaptándose a las costumbres e ingredientes propios de cada región.
Fue creada durante la posguerra española ante la escasez de alimentos para combatir la hambruna, ya que se trata de un plato fácil y económico. En su elaboración se usan pocos ingredientes y además, son muy fáciles de conseguir.
Ingredientes
Como decíamos la sopa requiere de pocos ingredientes y muy fáciles de conseguir. En cualquier supermercado o tienda de barrio podemos encontrarlos. Para su elaboración (4 personas) solo necesitas:
- 8 dientes de ajo (cantidad que variará en función del gusto).
- 4 huevos (1 por persona).
- Media barra de pan del día anterior.
- 100 gramos de jamón serrano (también se puede usar chorizo, tocino, bonito…).
- 1,5 litros de caldo de pollo o agua.
- Sal y pimienta (al gusto de los comensales).
- Una cucharada de pimentón de la Vera (también puede hacerse con pimentón picante).
Elaboración
Primer paso
Una vez tenemos todos los ingredientes encima de la mesa, nos pondremos manos a la obra. En primer lugar, hay que pelar los dientes de ajo (no excesivamente finos), filetear el jamón serrano y cortar el pan en rebanadas.
Acto seguido, introducimos los ingredientes en una cazuela grande en el siguiente orden:
- Añadimos los ajos hasta que adquieran un color dorado.
- A esta mezcla se incluyen los taquitos de jamón. Removeremos con una cuchara de madera para que los sabores se mezclen.
- Cuando el ajo tenga un color tostado y el jamón esté en el punto óptimo, llega el momento de incorporar las rebanadas de pan para que adquieran el mismo sabor.
Finalizado este paso, retiramos la cazuela del fuego y espolvoreamos el pimentón que además de teñir el pan, otorgará un aroma exquisito.
Segundo paso
Cuando la mezcla esté unificada, volvemos a poner la cazuela en el fuego y servimos el caldo de pollo o agua. Es importante que el fuego no esté excesivamente fuerte para que el caldo no rompa a hervir.
Dejamos que repose durante unos minutos y en siguiente instancia, que la sopa cueza durante 20 minutos a fuego medio (durante este tiempo no será necesario remover el caldo). Pasado ese tiempo, colocaremos las rebanadas de pan restante en la superficie para que se ablanden progresivamente.
Importante: antes de sazonarlo con pimienta y sal, conviene que probemos el caldo, ya que con el jamón podría ser más que suficiente.
Tercer paso
Llega el momento de añadir los huevos a la sopa. Como hemos comentado, uno por persona es lo habitual (aunque esto depende de gustos). Se pueden utilizar los huevos enteros o separar las yemas de las claras.
Si se usan los huevos enteros quedará un huevo hilado y si se separan, escalfado. Si optamos por la segunda opción, añadiremos las claras al caldo y guardaremos las yemas para cuando sirvamos el plato (ésta se cocinará con el vapor de la sopa).
Para servirlo, recomendamos hacerlo en cuencos o cazuelitas de barro (esta es la forma tradicional de disfrutar de este plato). ¡Qué aproveche!
¿Y para beber?
Un gran plato debe ir acompañado de una bebida que esté a la altura. Lo mejor en estos casos es optar por un buen vino. Un vino que potencie los sabores y aromas del plato que con tanto esmero hemos elaborado.
Como hemos visto, la sopa de ajo castellana se caracteriza por ser una receta de cuchara con un sabor potente y con cuerpo. Por eso, recomendamos un Raíz Reserva. Un vino estructurado, cremoso, con taninos bien integrados y una infinita largura. Ideal para guisos tan sólidos como este.
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