Blancos, tintos, rosados, crianza, reserva, jóvenes… El vino puede ser tan diferente como los gustos de cada uno y los momentos para disfrutarlo. Pero si algo suelen tener en común todos ellos, es el tamaño de la botella, de casi un litro, concretamente de 0,75 l. Es la medida más habitual, con excepción de las pequeñas botellas de 0,5 l o de las que se sirven, por ejemplo, en los aviones.
Hay un tercer tamaño dispar y cada vez más presente. Son las botellas mágnum, la suma de dos botellas de 0,75 l. Son las adecuadas para los buenos vinos, como es el caso de, por ejemplo, Raíz Crianza o Raíz Profunda, Esto se debe a que relación líquido-exposición al oxígeno es más alta y, de ese modo, la crianza puede durar más.
Cuando aumenta la capacidad de la botella, disminuye el aire respecto al líquido en su interior, debido a ello, la oxidación se ralentiza, sus cualidades se conservan más tiempo y su evolución es más lenta. Eso da lugar a mayores matices y complejidad. Por eso, algunos piensan que es la botella ideal para vinos de guarda, de los que ya te hablamos en este post.
En una mesa con varios comensales puede parecer obvia la ventaja de abrir una botella mágnum: dura más. Lo que no es tan obvio es que, si queremos disfrutar del mismo vino, puede ser más práctico abrir una botella de 1,5 l que dos de las de 0,75 l, puesto que, aunque en teoría las dos botellas estándar contengan el mismo vino, éste puede haber tenido una evolución distinta.
Tamaños de todas las botellas de vino
- 187,5 ml: una cuarta parte de una botella de tamaño estándar (como una copa de vino).
- 375 ml: la mitad del tamaño estándar de 750 ml.
- 750 ml: estándar: tamaño de la botella de vino más común en hostelería y establecimientos.
- 1,5 l mágnum: equivalente a dos botellas de 750 ml estándar.
- 3 l, doble mágnum: equivale a dos mágnums o cuatro botellas de 750 ml estándar.
- 4,5 l – jeroboam: equivalente a seis botellas de 750 ml estándar.
- 6 l, imperial: son ocho botellas estándar de 750 ml o dos doble mágnums.
- 9 l, salmanazar: equivale a doce botellas estándar de 750 ml o una caja de vino
- 12 l, baltasar: dieciséis botellas de 750 ml estándar o dos Imperiales.
- 15 l, nabucodonosor: el equivalente a veinte botellas de 750 ml estándar.

Distintos tamaños de las botellas de vino. Foto de Majestic Wine
¿Por qué 0,75 l?
El origen de la medida parece apuntar, además de a las facilidades de transporte y manejo, a la capacidad física de los sopladores de vidrio que no hacían botellas superiores a los 0,80 l de media.
El Imperio Británico popularizó la medida durante el siglo XIX en sus transacciones comerciales por todo el mundo. Los ingleses usaban el galón imperial (4,546 l). Una caja de 6 botellas equivalía a un galón imperial (de ahí las cajas de 6) pero también a un barril de vino de 225 l (50 galones/300 botellas de 0,75 l) lo que terminó por corroborar la capacidad de 0,75 l como la medida unitaria de todas las demás.
No fue hasta 1975 en Europa, y cuatro años más tarde en Estados Unidos, cuando se regularizó la medida de 0,75 l de forma oficial.
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