Te presentamos a Dioniso, figura a la cual debemos, según el Mundo Clásico, el honor y el disfrute del vino. Te contamos más detalles sobre el dios del vino en la mitología griega.
Mitología griega: Dioniso, un dios controvertido
Dioniso es uno de los dioses olímpicos, aunque no siempre fue considerado como tal. Una de las versiones más extendidas admite que nació fruto de la relación extraconyugal que mantuvieron Zeus y Sémele, una mortal hija del rey de Tebas.
La esposa legítima de Zeus, Hera, de carácter celoso y vengativo descubrió la infidelidad de su marido y decidió impedir el nacimiento de Dioniso fingiendo una amistad con Sémele. Una vez engatusada, la diosa se encargaría de sembrar discordia sobre la supuesta deidad de Zeus
Aturdida y confusa, la mortal acude a Zeus para solicitarle pruebas que confirmen sus poderes divinos. Tras múltiples rechazos, el dios del Olimpo desató su ira y acabó carbonizando a Sémele.
Ante tal situación, Zeus decide rescatar a su hijo del vientre de su madre e implantar el embrión en su muslo. Fue en ese momento cuando Dioniso dejó de ser mortal y se convirtió en un dios de pleno derecho.
Vino, agricultura y éxtasis
Dioniso es considerado el dios del vino, patrón de la agricultura e inspirador de la locura y el éxtasis. Todos estos conceptos tienen una estrecha relación. Para explicarlo recurriremos de nuevo a la mitología griega.
Pasado el periodo de gestación, Zeus debe ocultar al infante de su esposa. Por ello, recurre a las Ninfas de la lluvia y Sileno que vivían en el Monte Nisa. Durante su juventud, aprendió a cultivar la vid y elaboró una bebida fermentada. Sin quererlo había inventado el vino.
Asombrado por la bebida que había descubierto, empezó a perfeccionar las técnicas y se convirtió en un experto en la agricultura y cultivo de la vid. Desde ese momento, comenzó un viaje por el mundo tratando de predicar la cultura del vino entre todos los mortales.
Un dato curioso sobre la vendimia es que para conseguir el zumo que posteriormente se convertiría en vino, aplastaban la uva cantando y bailando. Una tradición que se mantuvo hasta la industrialización.
Durante su peregrinación, acabó labrándose otro título “El libertador” (Eleutherios), que le galardonaba como inspirador de la locura ritual y el éxtasis, dos aspectos que profetizaba junto a su séquito de Ménades o compañeras de bacanales, más conocidas como Tíaso.
Baco vs Dioniso
La similitud entre dioses griegos y romanos del Mundo Clásico es más que conocida. Existe una delgada línea entre la mayoría de figuras divinas. Lo que los griegos designaban Dioniso, para los romanos recibiría el nombre de Baco.
En la cultura romana, Baco era representado como un dios esbelto y poderoso. Se le asociaba a muchas representaciones de viñedos y fue representado en multitud de sarcófagos a lo largo de todo el Imperio Romano.
Baco acabó labrándose cierta popularidad entre los romanos, una sociedad amante del vino, como un dios que infundía a la embriaguez y el éxtasis. Algunos mitos consideran que en ciertos festivales en los que esta bebida era la protagonista llegaron a producirse milagros.
No obstante, esta fama hizo que Baco, que estuvo considerado como un hombre esbelto y bello pasase a considerarse un dios obeso y festivo vinculado a todo tipo de bacanales y fiestas romanas.
Fiestas honoríficas, el origen del teatro en Grecia
Otro de los logros que se le atribuyen a Dioniso es el origen del teatro en Grecia, puesto que los primeros signos del género teatral estuvieron vinculados al dios del vino. Fueron mediante celebraciones organizadas al comienzo de la siembra rogando por una buena cosecha.
En dichas festividades, a modo de ofrenda, los griegos sacrificaban un carnero para que la sangre bañara los campos. Mientras esto ocurría, el pueblo griego bailaba y recitaba coros, lo que comúnmente se conocía como Ditirambo.
A partir de esas fiestas rituales se produce una progresiva evolución hacia el teatro, que dará lugar a dos vertientes diferenciadas: la tragedia y la comedia. Éstas conservaron durante un tiempo el carácter sacro.
Posteriormente, estas prácticas evolucionaron hacia un tipo de representación teatral más cuidada y celebrada en un auténtico teatro. Un edificio al aire libre construido expresamente para conseguir la acústica y visibilidad idóneas.