La enfermedad de la madera es uno de los grandes riesgos a los que se enfrenta el viñedo, que podría ser destruido por ella. Consiste en el ataque de ciertos hongos al tronco, la raíz y los brazos de la planta. Los agricultores de la vid deben prevenir este ataque para mantener la salubridad de sus plantaciones.
En qué consiste la enfermedad de la madera
Hay hongos de distinto tipo que viven en los alrededores de los viñedos. Algunos se encuentran en la tierra, otros, en el subsuelo y otros, en el aire. Cada uno genera un tipo de enfermedad, aunque su desarrollo es similar. Dentro de este contexto, la yesca y la eutipiosis son algunas de las enfermedades más comunes.
Cuando se produce la poda del viñedo, estos hongos aprovechan las partes podadas para comenzar su ataque, que se va extendiendo por toda la madera de la planta. Dependiendo del tipo de hongo, se producen distintos tipos de necrosis en el interior de las cepas (el tronco, las ramas y las raíces).
La planta enferma, pero su instinto de supervivencia la lleva a continuar con su desarrollo, aunque de manera mucho más lenta. La contaminación se transmite a las nuevas hojas, que crecen poco, deformes y con alteraciones en su color original. La vid está condenada.
Cómo se trata la enfermedad de la madera
Por desgracia, las enfermedades de la madera no tienen ningún tratamiento. Las cepas en las que se ha producido la necrosis están condenadas a muerte.
Así, es muy importante el tratamiento preventivo. Los agricultores deben impedir que estos hongos inicien su ataque. Tras la vendimia, se emplean productos específicos que protegen a la planta del ataque mortal de estos hongos.
Se trata de productos que sí están permitidos dentro del contexto de agricultura ecológica en el que crecen los frutos que empleamos para la elaboración de los vinos Raíz de Guzmán.
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