La ampelografía es una ciencia que estudia las vides. La palabra proviene del latín y se traduciría como clasificación de la vid. Nació a partir del estudio de los colores y las formas de diferentes partes de la planta, que permitían identificar los diferentes tipos. En los últimos tiempos, ha sufrido importantes avances, gracias a su complemento con los estudios genéticos.
Nacimiento y evolución de la ampelografía
El estudio de la vid ha ido tradicionalmente vinculado a su cultivo. Sin embargo, fue a mediados del siglo XIX cuando se empezó a realizar de forma seria. A mediados del siglo XX, la publicación de los estudios de Pierre Galet marcó un antes y un después en la historia de la ampelografía.
El francés creo un sistema para identificar y clasificar la vid, partiendo, como decíamos, de las características morfológicas de la planta. Así, las vides se clasifican en base al color, la forma, el tamaño y otras características de:
- El pámpano.
- La hoja (joven y adulta).
- El racimo.
- La baya.
- El sarmiento.
Además, se estudian otros aspectos entre los que se encuentran la sumidad, la fenología y las aptitudes agronómicas, como el nivel de vigor o el de fertilidad. En los inicios, Galet tenía en cuenta criterios como el sabor de la uva, que ahora se descartan por su subjetividad.
La ampelografía en la actualidad
La ampelografía es una ciencia descriptiva. Con los avances en los estudios de ADN se ha demostrado que se puede complementar con el estudio genético, para obtener resultados más exactos.
La huella genética es más precisa para el proceso de identificación y ha permitido descubrir nuevos tipos de vid que antes se desconocían, puesto que las diferencias no se apreciaban en el análisis visual.
La genetista y botánica de la Universidad de California Carol Meredith fue la primera científica en emplear la huella genética en este contexto, a finales del siglo XX. Con ello, además, pudo avanzar en el estudio sobre los orígenes de las distintas castas. Sus estudios iniciaron lo que se conoce como ampelografía molecular o ampelografía genética.
La ampelografía moderna que arrancó con Galet y la ampelografía molecular se complementan en la actualidad para obtener una mayor precisión dentro de este campo.
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