Se acerca el frío y el mercado cambia, como las preferencias de los comensales. Estos son los cinco pescados que maridan con vino tinto en otoño.
Bonito
Cuando termina la temporada del atún, llega el momento del bonito, su temporada empieza a final de junio y termina a mediados de noviembre. Es un pescado muy saludable, que además viene bien para recuperarte los excesos del verano antes de la llegada de las navidades. Va genial con un vino relativamente joven, un Roble o un Crianza. Extremadamente versátil, el bonito se puede cocinar en guisos, encebollado, a la plancha, en ensalada o incluso en forma de tataki. Cualquier opción dará como resultado un plato delicioso.
Salmonete
De fango o de roca, el salmonete es un pescado de agua salada (habita en el Mediterráneo o el Atlántico) muy sabroso. Al pertenecer al grupo de los semigrasos, admite un vino tinto Crianza. Hay muchas formas de cocinarlo, pero es habitual verlo frito, con un rebozado suave, a la plancha o a la brasa. Como acompañante, una ensalada con un toque cítrico aportará un contraste muy agradable al paladar.
Pez espada
Un pescado azul con carne muy blanda y de sabor suave, con un alto contenido nutritivo. La lubina, además de deliciosa, es muy saludable. La época de la lubina va desde abril hasta finales de noviembre. Es habitual tomarlo a la plancha, con acompañamiento de patatas o ensalada. Si lo tomas con tinto, escoge uno poco complejo, pero con un poco de crianza, para que la potencia de la fruta no supere a la del pescado.
Bacalao
La temporada del bacalao llega con el frío. Se trata de uno de los pescados más intensos y marida prácticamente con el vino tinto que te apetezca. Además, es muy beneficioso para la salud, ya que tiene vitaminas A, D, E y del grupo B. Habitual en las gastronomías del norte de España, una receta de bacalao potente admite tanto la fruta de un Roble como la complejidad de un Reserva.
Besugo
Como el bacalao, el besugo se hace esperar al frío, en el límite entre el otoño y el invierno. Hablamos de un pescado azul magro, procedente del Mediterráneo y del Cantábrico con un alto contenido en proteínas y que no requiere grandes elaboraciones. Asado y con un aliño cítrico es simplemente delicioso. Para el besugo, te recomendamos de nuevo un buen Crianza. Lo disfrutarás el doble.
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