Tienes una cata vertical rodeado de gente distinguida y quieres impresionar al personal pero no conoces la terminología específica del mundo del vino.
Aunque la opción más recomendable es que ahondes en el mundo de la tenología y disfrutes aprendiendo de ella, te traemos 20 términos del vocabulario específico del vino.
Acerbo: cuando bebes un trago de vino y te deja una sensación ácida o te da la impresión de que te raspa el paladar o la garganta, puedes decir que el gusto es “acerbo”.
Acritud: si el acerbo es muy acentuado y la sensación de aspereza es elevada, puedes llamarlo “acritud”.
Alma: si al probarlo notas diferentes matices, si percibes que tiene cuerpo, que su sabor permanece en tu boca después de tragar, di que el vino “tiene alma”.
Amplio: puedes acompañarlo con alguna alusión a su “amplitud”. Si el vino tiene alma y notas que es equilibrado, si percibes su acidez pero no es tan elevada como si le dieras un bocado a una manzana verde es que es “amplio”.
Bouquet: el bouquet es propio de vinos con una fase de envejecimiento prolongada, así que intenta no mencionarlo si lo que tienes en tu copa es joven o crianza. Si distingues un aire a balsámicos, como pino o eucalipto, si en algún momento te huele a cuero o a carne o notas un toque de café, chocolate, madera o tabaco, puedes hablar de él.
Breve: di que es “breve” si su sabor no perdura en tu boca después de tragar. Su opuesto sería largo.
Delgado: lo es si, además de ser breve, te da la impresión de que está como aguado y ácido.
Denso: todo lo contrario de delgado. Un vino es denso si está concentrado, si al olerlo y al catarlo tiene cuerpo y su color es intenso.
Estructura: di que es “estructurado” si no hay nada que te cante cuando lo pruebes, esto es, si no lo notas ni muy ácido ni pesado, ni demasiado dulce… en definitiva, si hay una armonía entre el alcohol, el azúcar y la acidez.
Graso: en contra de lo que pueda parecer de primeras, se trata de una cualidad positiva. Puedes decir que es graso si tiene cuerpo, como si te llenara la boca, lo que no quiere decir que sea fuerte.
Largo: si el sabor se mantiene en boca durante un tiempo, hablamos de un vino largo.
Lágrimas: cuando hagas la cata visual, coge la copa por el tallo y haz círculos para agitar el líquido. Para y observa. Esta palabra hace alusión a la forma en la que el vino resbala por el cristal, como lágrimas que vuelven al fondo de la copa.
Limpio: en la fase visual de la cata, si no ves residuos ni motas en el líquido, podrás hablar de un vino limpio.
Meloso: el significado de este adjetivo en enología es muy similar al que tiene en otros contextos. Un vino meloso es suave y agradable, fácil de beber.
Mordaz: la mordacidad es una cualidad propia de los vinos jóvenes. Se relaciona, sobre todo, con una acidez y unos taninos elevados.
Plano: si no percibes matices ni grandes contrastes, cuando el vino no destaca por nada, puedes decir que es “plano”.
Posgusto: también conocido como “retrogusto”, hace referencia a la sensación que notas en la paste posterior de la nariz y en la garganta después de tragar el vino.
Redondo: habrás escuchado mil veces eso de que un vino es “redondo en boca”. Cuando alguien utiliza esta expresión, se refiere a que está bien estructurado, que tiene un sabor equilibrado y que no hay nada que rechina, sino que hay armonía.
Rico: no, no significa que esté bueno. Un vino es rico si su sabor a frutas y alcohol es intenso.
Sano: no, no significa que sea bueno para la salud. Un vino sano es aquel que está en buenas condiciones, que no está picado ni avinagrado. En definitiva, un vino bien elaborado.
Tánico: si detectas una sensación de sequedad, una astringencia en la zona de las encías que es tan aguda que te genera rechazo, di que el vino es tánico. Ocurre cuando la concentración de taninos es elevada y no ha envejecido lo suficiente.
Untuoso: la untuosidad se detecta en una textura que no es del todo líquida, como a caballo entre el agua y el aceite. En la cata visual, lo detectarás porque, al agitar la copa, dejará bastante rastro y las lágrimas resbalarán lentamente por el cristal.
Verde: si notas una acidez similar a cuando muerdes una manzana verde o una picota que no están maduras, significa que el vino ha sido hecho con uvas que todavía no estaban en su punto. Entonces, como con la fruta, puedes decir que la bebida está verde.
Vigoroso: di esto de tu vino cuando sea joven y fácil de beber.
Vitalidad: este término también puede aplicarse en vinos vigorosos. Como en las personas, también se puede utilizar al hablar de un vino más maduro pero que mantiene un frescor más propio de vinos jóvenes o crianzas.
No estoy nada de acuerdo con eso de "dar el pego"….
Saber algo de vinos no es algo de snobs, debería ser algo cultural y más aceptado. Diría que se debería enseñar en los colegios siendo como somos, un país gran productor.
Tu artículo no hace si no perpetuar la idea del que "sabe de vinos, es un pijo".
Hola, Eloy. Estamos de acuerdo, la enología es un mundo apasionante íntimamente ligado a la cultura española. El enfoque del post no pretendía ser elitista. Lejos de ello, lo concebimos como una manera original de compartir el vocabulario del vino. Queramos o no, no hay tanta gente familiarizada con el argot. Si echas un vistazo al resto de posts, lo que pretendemos siempre es ser lo más didácticos posible y presentar la enología como un campo accesible para todos. Muchas gracias por compartir tu opinión. Positivas o negativas, las valoraciones siempre nos sirven para aprender y, al fin y al cabo, está claro que, si algo nos une, es la pasión por el vino.