La cata de vinos es una experiencia divertida a la par que didáctica que puedes hacer solo, en pareja o con amigos. Si te surgen dudas antes de apuntarte a una, damos respuesta a las 10 preguntas más frecuentes.
1. ¿Tengo que tener formación previa?
No hay por qué. En la cata de vinos hay distintos niveles. Si no tienes formación previa, apúntate a una cata para principiantes y déjate guiar por las indicaciones del director de la experiencia.
2. ¿Con qué se marida el vino en una cata?
Normalmente, con alimentos de sabores neutros, como las rosquillas o el pan, nada que pueda enmascarar el sabor del vino. También hay opciones de cata con maridaje, en las que irás probando elaboraciones especialmente creadas para cada una de las variedades que degustes.
3. ¿Cuántos vinos voy a probar?
Depende de la cata, pero hasta un máximo de 10, para dejar suficiente tiempo entre vino y vino y no mezclar los sabores.
4. ¿Puedo elegir el vino que voy a catar?
Normalmente, la lista de vinos viene cerrada. Los expertos escogen una selección variada en base al nivel y a los objetivos de la cata, aunque, si quieres probar uno en particular, siempre puedes consultarlo en el momento en el que cierres el evento.
Recuerda que debes hacerlo antes. Puede que un solo vino haga cambiar el listado entero, así que tendrás que advertirlo con tiempo para que los directores tengan margen para prepararse.
5. ¿Cómo tengo que catar el vino?
La cata se divide en fase visual, olfativa y gustativa. La persona que dirija la actividad te irá desvelando diferentes aspectos a tener en cuenta, haciendo como guía para que entiendas más sobre el vino que estás probando. Déjate llevar y disfruta de la experiencia.
En la fase visual se sirve un poco de vino en la copa, que debes agarar por el tallo. Busca un fondo blanco (por ejemplo, el mantel o pon detrás una servilleta), inclina la copa y observa el color, la intensidad y la limpieza del vino.
Si mueves un poco la copa, verás las lágrimas, las gotas que va dejando el vino conforme resbala hacia el fondo. Depende de la velocidad con la que desciendan, el vino será más o menos denso. Cuanto más denso, mayor graduación alcohólica.
La fase olfativa, inicialmente, se realiza sin agitar la copa. Llévala a tu nariz, cierra los ojos y respira. Percibe los aromas que encierra el vino. Después agita la copa, para que la bebida se airee. Con el contacto con el oxígeno, los aromas cambian.
Recuerda que los aromas primarios proceden de la uva en sí y del terreno en el que se ha cultivado. Por eso, te recordará a la naturaleza, a fruta, a minerales, a tierra mojada, etcétera. Los secundarios nacen en la fermentación maloláctica y, por tanto, traen recuerdos a pan y lácteos.
Los aromas terciarios surgen en la crianza. Son los más complejos. Te pueden recordar a madera, pero también a cuero, torrefactos, café, chocolates, etcétera.
Y por fin, la fase gustativa. Bebe un poco y muévelo en tu boca, para impregnarle de él. Percibe su dulzor, amargura y acidez, y después presta atención a la textura. Traga, expira y céntrate en la sensación que te queda. ¿Te deja recuerdo en la boca durante bastante tiempo? Es porque es un vino largo. Si no, es de final corto.
6. La cata, ¿antes o después de comer?
Cuando quieras pero con la digestión hecha. Lo idóneo es hacer la cata con el estómago vacío así que, si decides vivir la experiencia después de comer, recuerda que tienes que dejar pasar un lapso de una hora y media.
7. ¿Cómo tengo que sostener la copa?
Puedes sostenerla por el tallo o por la base, nunca por la copa como tal para no alterar la temperatura del vino, que te habrá llegado en su punto óptimo.
8. ¿Tengo que escupir el vino?
No si no quieres. Te lo puedes beber con normalidad. Eso sí, recuerda no abusar para llegar al final de la experiencia con tu capacidad analítica en buenas condiciones.
9. ¿Puedo conducir después?
Teóricamente, puedes recurrir a las escupideras, aunque recuerda que es inevitable que algo de alcohol pase a tu sangre aunque escupas el vino. Para que puedas disfrutar la experiencia sin preocuparte, lo más recomendable es que dejes el coche en casa.
10. Si no soy muy fan del vino, ¿disfrutaré de la experiencia?
Sí. Una cata es una actividad diferente en la que conocerás nuevos aspectos sobre los vinos y sus matices. Lo más probable es que salgas de allí siendo un poquito más fan, porque apreciarás cosas que antes no tenías en cuenta y valorarás más la bebida en cuestión.
Además, al probar distintas opciones, es casi imposible que no encuentres alguna que no te guste.
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